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Hay dos clases de perfiles: públicos y privados. Los públicos son visibles a todos los suscriptos a esa red social.
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Salvo que uno manifieste la intención de poner su información al alcance de todo el mundo, lo mejor es crear un perfil privado, que sólo será accesible a nuestros contactos
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Nunca hay que revelar una dirección postal, teléfono, celular, datos patrimoniales, números de cuentas de banco, tarjetas de crédito o documento de identidad, por ejemplo. No importa si el perfil es privado.
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La regla es: si podemos decirlo en público, si podemos mostrar esa foto o video a cientos de miles de desconocidos, entonces es lícito subirlo a Facebook. Si no, mejor pensarlo dos veces.
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En el caso de fotos y videos, es menester asegurarse de que no estamos poniendo en evidencia nuestra dirección postal, los horarios familiares, la escuela a la que van nuestros hijos, la existencia de un patrimonio
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No publicar fotos de nuestros hijos menores de edad. Nunca, por ningún motivo, hay que subir fotos de los hijos de nuestros conocidos, familiares o amigos.
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Nunca hay que informar cuándo uno está de vacaciones o de viaje ni por cuánto tiempo ni a dónde.
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Revisar minuciosamente las opciones de privacidad de una red social en el momento de suscribirse y limitar estrictamente quién accederá a nuestra información. Esto, sin embargo, no garantiza que nuestros contactos no repliquen nuestros datos.
A R G E N T I N A