lunes, 13 de junio de 2011

Cenizas del Volcán Schoklender

Cenizas del Volcán Schoklender

EL PRECIO DE TENERLA CERCA (III): En vísperas del invierno más cruel para el kirchnerismo.

Cenizas del Volcán SchoklenderEl Volcán Schoklender, a través de erupciones de corruptelas, desvíos de capitales públicos, y ostentosas Ferraris, amenaza con oscurecer el epílogo del ciclo póstumo del kirchnerismo. Con una virulencia superior, incluso, que las inofensivas erupciones del volcán Puyehue, que atormentan, desde Chile, la rutina respiratoria de los patagónicos, y mortifican la aviación.
Las cenizas del Volcán Schoklender cubren de mugre la pátina moral del humanitarismo pontificado.
Se pasa de "las pelotudeces", para la señora Hebe, o de las "pavadas", del cocinero ministro Boudou, hacia el forzado recital de las explicaciones improvisadas.
El comienzo de junio anticipa -para el kirchnerismo póstumo- el invierno más cruel. Ironías, del destino o simplemente de la realidad, que se ocultaba por un conjunto de insolvencias.
Justo cuando Cristina se encuentra en su dominante momento político. Con el duelo redituablemente asimilado. Con el peronismo, casi entero, colgado de su "Vestidito Negro" (cliquear), en competencia por sus atenciones, con los fondos de olla del frepasismo tardío. Con la sociedad, aún fascinada, por las producciones con espejitos de colores de Fuerza Bruta.
Cenizas del Volcán SchoklenderPero de pronto surgen, con las cenizas de la devastación, las pruebas, al menos, de su ineptitud.
En el mejor de los casos, y con el pensamiento más inocente, brotan las pruebas fatales de tanta incapacidad para la improvisación.
De la imposibilidad para controlar el impresionante dispendio de los fondos públicos. Del erario puesto al servicio de una organización éticamente incuestionable, pero conducida por un Madoff local. En versión grotesca.

Tragedia de una Era anterior

Al cierre del despacho, aún no se registró, que se sepa, ninguna renuncia. De los tantos irresponsables que fueron cómplices conscientes de la construcción artesanal del Guitaducto. De la distribución de fondos para los manejos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
Intercambio que garantizaba la exhibición permanente de ancianas, con los clásicos pañuelitos blancos, para el aplauso fácil en cualquier acto kirchnerista.
Viejitas de adorno, que suministran la certificación que se asiste, ante todo, a las demostraciones rutinarias de un gobierno progresista. Que mantiene, como apotegma básico, la impostura de defender los derechos humanos. Con la prenda, casi testimonial, de los mil militares presos.
Cenizas del Volcán SchoklenderSon los protagonistas, a menudo tangenciales, de la tragedia de los setenta. De las violentas carnicerías registradas antes de la invención del fax. Cuando no había celulares ni Internet, y ni siquiera televisión en colores.
Tragedia, la de los setenta, de una Era anterior. Que Argentina creyó, acaso ilusoriamente, haber resuelto en los noventa. Para volver a manosearla en los dos mil, hasta hacerla inacabable. Con la justicia, y el humanitarismo, al servicio de una noción divisoria de venganza.

Mientras tanto, en la antesala del invierno cruel, los devaluados opositores comienzan, paulatinamente, a armarse.
En la frenética capacidad para la reiteración histórica, hoy otro Alfonsín amenaza con la variable, matemáticamente posible, de colocarse la banda presidencial.
Y crecen, en medio de los entrecruzamientos, los desacuerdos distritales, la posibilidad de consolidar una fuerza que aún no preocupa lo suficiente a la multitud de dirigentes colgados, con incomodidad, del Vestidito Negro. Aparte, a la izquierda del kirchnerismo, se genera otro proyecto, encabezado por Hermes Binner, que irremediablemente rebana segmentos inclinados hacia los márgenes de la revolución posible. Denominada, en el portal, Revolución Imaginaria.

El rescate

La próxima prisión de Sergio Schoklender, y de su troupe más visible, no va a atemperar el rigor de la catástrofe.
Caen las cenizas iniciales del Volcán Schoklender. Con la secuela de nombres destinados a la celebridad, que inquieta a la comunidad de piel más sensibilizada.
Desde el multifacético contador Alejandro Gotkin, hasta la pobre Marcela, que suele animar, para ganarse decentemente la vida, fiestas infantiles. Pero también firmaba los papeles que su compañero -Alejandro- le alcanzaba. Animará otras fiestitas.

Cenizas del Volcán SchoklenderEn medio de la debacle, para respirar un poco, además de ponerse el barbijo, lo recomendable -para los cráneos del oficialismo-, es salvar, del rigor de las erupciones, a la señora Hebe de Bonafini.
Ella se encuentra situada, hoy, en el centro de todas las conversaciones. De las sospechas. Debe asumir el riesgo de presentarse como una pobre crédula engañada. Una mujer herida en su confianza, por traicioneros y ladrones. Para salvar, en definitiva, a El Furia, el estratega que decidió ponerse con dinero del Gorro Frigio. A los efectos de pagar "El precio de tenerla cerca" (cliquear). Con el pleno conocimiento, como los ministros y secretarios del área, involucrados en la liberación de las partidas, que la Constructora Inmobiliaria de las Madres de Plaza de Mayo estaba sostenida por la irregularidad. Con montones de cheques sin fondos que podían volantearse en el Banco Central. Con ministros provinciales complicados (acaso también algún gobernador) en la triplicación de precios, y con la caravana de erupciones que pronto, ineludiblemente, van a saltar. Aunque mantienen la esperanza que sean tapadas, según nuestras fuentes, por las erupciones del próximo escándalo. Se aguarda para el final de la semana.

Muerto irresponsablemente El Furia, se impone salvar a Hebe. Para rescatar también, de las cenizas, a Cristina.

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Las dos Hebes

De los 70 a los 2000.

La primera versión de Hebe Pastor de Bonafini es admirablemente respetable.
No sólo por las trivialidades usuales, que aluden a la valentía para enfrentar a "la Dictadura".
Lo destacable, en la conducta de la primera Hebe, es que nunca apeló a la compasión.
Cenizas del Volcán SchoklenderDista de ser la señora quejosa que se escapa por la tangente de la negación.
Los hijos, para ella, nunca fueron presentados como pobrecitos que no hicieron nada. Inocentes víctimas de los hombres malos. Asesinos que los castigaron con la represión y las vejaciones. Consecuencia trágica, acaso, del error. Del malentendido. "El chico no fue".
Al contrario, aquella Hebe merece admiración -y sobre todo respeto- porque siempre rescató lo que el hijo fue. La entrega, de los hijos, hacia la lucha revolucionaria.
Mientras los homenajeaba parecía, incluso, a través de sus exaltaciones, que Hebe los superaba en las categorías revolucionarias.
Bancar la idea revolucionaria, en los setenta, era casi un acto cotidiano. Bancarla en los noventa, o en los dos mil, era una desmesura.

En la segunda versión de Hebe, durante el opaco final de su trayectoria, lo despreciable no son, tampoco, los lugares comunes que aluden a sus barbarismos. Provocaciones resonantes que la situaron en posiciones de aislamiento indefendible.
Se le reprocha, a la última Hebe, haber banalizado la lucha revolucionaria de sus hijos. De todos los hijos de las Madres que institucionalmente representa.
Al entregar la memoria de tanta lucha, en bandeja, para beneficio del kirchnerismo. Con su proyecto preparado para la transformación. Pero no de la sociedad. La transformación de ellas.
Y no necesariamente para corromperlas. Para arrastrarlas hacia el fango actual de la desconfianza. La sospecha.
Cenizas del Volcán SchoklenderLos hijos murieron, en definitiva, para que un conjunto de patanes fuera a esquiar, con el dinero del Gorro Frigio, en sus aviones privados. Y a jugarse, en el casino, al siete y medio, con los fondos públicos, la sangre derramada.
La sangre negociada. Por partidas miserables.

La inflamada cuenta de los 30 mil muertos, o -con rigor aritmético-, la estricta barbaridad de los 10 mil, no murieron por la tergiversación del "modelo". Por las glorias orales de la actual revolución imaginaria. Por el simulacro de creer que Néstor, El Furia, y hoy Cristina, forjan el país por el que lucharon frontalmente. Con su derecho, lícitamente generacional, de haberse equivocado.

Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA
 

MISA POR LA VÍCTIMAS DE LA INSEGURIDAD

 

Desgrabación de la homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires,
en la misa en memoria de las víctimas de la inseguridad (Santuario San Cayetano, 5 de junio de 2011)

 Que se acuerden que ellos tuvieron o tienen papá y mamá, que vayan a su corazón y sientan algo de amor en medio de esa agresión que los mueve a matar, a esclavizar, a someter a los demás. Que busquen dentro de esa semilla de amor que pueden tener todavía en su corazón. Que la vida matando termina que te maten a vos, que la vida esclavizando a otros termina con tu vida esclavizada, con tu conciencia que te pesa como plomo, que nunca vas a tener paz en el alma.

Venimos a pedirle a Jesús que se acerque a esos hombres y mujeres que matan, que explotan, que esclavizan y les toque el corazón, y le venimos a pedir a ellos y ojalá algunos nos escuchen. Por favor, pará la mano, acabala, por ese camino no vamos a ninguna parte, acordate que mataste a una mamá, a un papá, acordate que vos atropellaste, que esclavizaste a una chica que puede ser tu hermana, tu madre.

Hoy venimos a pedir que la justicia que debe existir llegue hasta el corazón de aquellos que delinquen y les cambie el corazón. Lo pedimos con la mansedumbre y el amor de Jesús. Todos tenemos mucha bronca cuando suceden estas cosas, y a todos nos cuesta perdonar estas cosas, es muy duro, son vidas, vidas sesgadas, o vidas aplastadas por el sometimiento, por la esclavitud.

'Padre, ¡qué barbaridad! cómo está el tráfico de drogas', 'padre, cómo está el tráfico de armas!', pará! Y te digo otra: ¡Cómo está el tráfico de personas! donde matás en vida; y sí, a él le pedimos que toque los corazones de estos hombres y mujeres que han caído en el delito, el delito que provoca este clima de inseguridad, de asesinato, de robo, de sometimiento de la persona, de esclavitud de las personas.

Les pedimos por favor: acordate que vos también fuiste un chico o chica en brazos,y que tu mamá y tu papá tenían muchas ilusiones en vos. Dejá que entre el amor en tu corazón, arrepentite de lo que hiciste y pedí perdón a la sociedad. Cambiá tu vida y ayudá a que otros amigos tuyos la cambien, y llorá.

Para vos que mataste, para vos que creás inseguridad, para vos que sometes a tus hermanos, para vos que explotás a las chicas, pedimos la gracia de que puedas llorar, para que tu corazón de piedra pueda darte lágrimas que laven tu conciencia.

Y a ustedes, queridos amigos, que lloran porque les han robado un pedazo de vida, a ustedes que lloran porque no pueden salir al colegio o trabajar sin estar mirando continuamente hacia atrás, les decimos que nos acompañemos mutuamente todos. Pidamos justicia, pidamos seguridad, recemos unos por los otros pero unidos, unidos como hermanos, frente a este drama que ha sesgado tantas vidas, y los recordamos de nuevo: Abel Rossi, Diego Javier Lima, Rubén Carballo, Carlos Valdez, Rubén Álvarez, Rubén Aramayo, Cecilia Agüero, Hernán Apud, María Pía Guglielmi.

Peticionen en el altar para que se esclarezcan los crímenes de las víctimas y que los familiares se sientan acompañados en esta lucha por la sociedad. Para que tomemos conciencia por los cambios necesarios que la sociedad necesita y se termine con la trata de personas, para que todos los vecinos se unan, se solidaricen y se organicen de forma desinteresada por el bien de nuestros barrios, para que podamos escucharnos sin crispaciones y no tengamos miedo, para que tengamos fe que algo se puede cambiar, y vencer la impunidad y la corrupción.

Aquí vemos las ofrendas que ustedes trajeron: la bandera argentina como símbolo de pertenencia, unidad y representación ciudadana. La Constitución como ley suprema de la nación que reconoce los derechos y garantías que nos pertenecen. El código penal como herramienta fundamental para la lucha contra la corrupción y el crimen organizado. Las fotos de las víctimas de la inseguridad para que no queden impunes los autores responsables y por la lucha de los familiares para que estas pérdidas no se repitan".

Card. Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires

http://www.aica.org/docs_blanco.php?id=1238

Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA
 

martes, 7 de junio de 2011

El "Bonafinigate" abrió la caja de pandora

El "Bonafinigate" abrió la caja de pandora

http://visionfederal.com/201106059436/Politica/el-qbonafinigateq-abrio-la-caja-de-pandora.html

Escrito por Luis Domenianni Domingo, 05 de Junio de 2011 12:17

cfk hb abNación - Solo los ciegos, que no pueden ver, y los sordos, que no pueden oír, resultan disculpables. El resto de los argentinos tiene ante sí las evidencias irrefutables del poder corrupto que se adueñó, hace ya demasiados largos años, de la Argentina.

Si hasta hace diez días, Hugo Moyano, como símbolo de un sindicalismo para nada transparente, encarnaba todos los males, hoy ya no está solo. Hebe de Bonafini lo iguala, por más esfuerzos que pretenda hacer el gobierno para presentarla como una "ancianita ejemplar" que fue burlada por un neo sinvergüenza de nombre Sergio y de apellido Shocklender.

En la cúspide de este esquema no están ni el uno, ni la otra. Están los Kirchner. El esposo fallecido y la cónyuge supérstite. Fueron y son ellos quienes imaginaron, idearon, armaron y pergeñaron ese "modelo" de poder hegemónico fundamentado en un uso privado de los dineros públicos para satisfacer los apetitos de riqueza de quienes los siguen. Es Cristina Kirchner quién, bajo una aparente neo moderación, garantiza y precisa de la continuidad de estos mecanismos discrecionales.

Ahora, todo quedó claro. La adhesión sin condicionamientos de las Madres de Plaza de Mayo –línea Bonafini- al kirchnerismo no es otra cosa que la contrapartida de 300 millones de dólares que desfilaron por sus arcas, gran parte de los cuales de manera indebida y la totalidad de los mismos, producto de su conversión en contratistas del Estado.

Sergio Shocklender solo es un mascarón de proa, enriquecido claro, pero mascarón de proa al fin. Porque o Hebe de Bonafini es "lela" o es socia. Y de "lela" parece tener poco y nada.

El mazazo

Puede interpretarse de dos maneras. La primera es que a Hugo Moyano no le gusta que "le mojen la oreja". La segunda es que está listo para llevarse puesto al gobierno si le sueltan la mano. Cualquiera de las dos resulta válida. Ambas, quizás expliquen mejor.

Sin duda, la decisión de traicionar a Moyano, que esbozaron Cristina, Carlos Zannini, Héctor Icazuriaga y Juan Manuel Abal Medina, no contó con la reacción airada del camionero.

Fue un "vienen por mi", "voy por ellos". De manera larvada, en un principio, desembozándose a medida que pasan los días. Fue Moyano quién entregó – a través de uno de sus adláteres – la información sobre los negociados de la constructora de las Madres de Plaza de Mayo – línea Bonafini – a Clarín. Fue la respuesta a los retos de Cristina, al cuentagotas mediante el que le libran los fondos de las obras sociales, a la no paralización de las causas por las estafas al Estado con troqueles de medicamentos, y al ninguneo en la integración de candidaturas en las listas electorales.

Ahora, Moyano se muestra exultante. Dejó que la tormenta se instalara. Que el tsunami arrastrara al gobierno. Para reaparecer, fresco como una lechuga, con un humor que había perdido. Quejoso al extremo cuando de sus causas judiciales se trata, viste el ropaje de adalid de la justicia cuando reclama que los tribunales investiguen a fondo las irregularidades – palabra suave, si las hay – de las Madres de Plaza de Mayo, línea Bonafini.

Ahora se divierte cuando dice que resulta más probable un embarazo de la señora que abusa de la cama solar – por Elisa Carrió – que una hipotética prisión para su persona. La diversión de Moyano no consiste claro en burlarse del bronceado de Carrió. Es, sencillamente, todo un desafío al gobierno.

Y duplica la apuesta. Utiliza la sorna para decir que si existen 180 candidaturas para legisladores nacionales, solo va a pedir 170.

Algunos sindicalistas cercanos a Moyano dicen que la apuesta aún no terminó. Que es mucha la información con que cuentan. Que la van a dosificar y que le van a torcer el brazo a los montoneros-setentistas que encabeza Cristina Kirchner. "Con nosotros no se juega", aseguran.

Mientras tanto el gobierno no sabe que hacer, ni que decir. Solo el voto no positivo de Julio Cobos en ocasión de la resolución 125 sobre retenciones agropecuarias resulta un parangón equivalente de la parálisis actual.

Es un cada uno por su lado que se impuso sobre la verticalidad que reinaba en estos casos. Cristina, de viaje, nada menciona sobre la cuestión. Su abultado twitter, brilla por su ausencia sobre el tema. El inefable Aníbal defiende un poco a las Madres y luego se calla. Florencio Randazzo esboza ocho días después la teoría de la "sorprendida buena fe" de Hebe de Bonafini. Solo el recién llegado a la política y frustrado candidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Amado Boudou, se muestra con Bonafini. La Cámpora, la Kolina y demás agrupaciones financiadas por el calor oficial, hacen mutis por el foro. Luis D'Elía no frecuenta los lugares que solía frecuentar.

Nadie fija posición. Bonafini parece ir quedando sola. Después de mucho tiempo, la justicia comienza a actuar. Y la olla, a ser destapada.

Las circunstancias

A medida que se van conociendo los detalles, la estafa –no cabe otra palabra- amenaza ser descomunal.
En primer término, porque ya se sabe que el gobierno pagaba a estas señoras alrededor de 160.000 pesos por cada una de las viviendas que construían, mientras que por viviendas similares pagaba algo más de 90.000 a las empresas constructoras privadas. Se sabe, y mucho más con los Kirchner, que los sobre precios están a la orden del días. Pero el sobre precio de las adalides de los derechos humanos supera cualquier racionalidad.

En segundo lugar, porque las "señoras" tardaron mucho tiempo en regularizar la situación de los obreros de la construcción que trabajaban para ellas. No pagaban cargas sociales, no aportaban al fondo de desempleo propio de la actividad, no cumplían con las normas de seguridad – que siempre implican mayores costos – en el trabajo. Una particular manera de entender los derechos humanos.

Tercero, porque ahora se sabe que la subcontratista de las Madres – es decir que solo cobraban ya que no construían – era la empresa Meldorek, propiedad en un 90 por ciento de Sergio Shocklender y en un 10 por ciento del piloto de uno de los dos aviones de Meldorek. Aviones que Bonafini usaba en sus desplazamientos por el país.

Cuarto, porque la empresa es propietaria de un yate donde don Sergio y doña Hebe paseaban cuando el agotamiento por sus tareas así lo requería. Toda una distracción revolucionaria.

Quinto, porque dicha empresa es dueña de otra empresa, Gorlak SA, entre cuyos bienes figura un automotor marca… Ferrari. Esto último, tal vez sirva como explicación para entender el apoyo de Carlos Menem a Cristina Kirchner.

Sexto, porque la escribana que firma la escritura constitutiva de Meldorek es una tal Marta Cascales, con apellido de casada Moreno. Sí, oh casualidad, la esposa del propietario del INDEK, Guillermo Moreno, también conocido como el falsificador de índices de precios y de actividad económica o como el apretador de empresarios.

Para Bonafini, según sus palabras, todo esto son pelot… Y sí, con el kirchnerismo, apropiarse del dinero público es solo eso.

Pero el tema central, no pasa por todo lo antedicho que no es precisamente poca cosa. La "maldad" de Moyano va más allá. Bastante, más allá. Existen sobradas sospechas para presumir operaciones de lavado de dinero. Probable lavado a partir de una triangulación con otra empresa del grupo de derechos humanos devenido en capitalista, cuya razón social es Antártica Argentina.

El poder mafioso

A medida que pasan los días, la cuestión se complica más y más. La pelot… es cosa seria.
Tal vez por eso, el gobierno está paralizado. Tal vez por eso, la verborrágica Bonafini nada dice sobre su otrora hijo putativo Sergio Shocklender. Tal vez por eso, la ceguera de la justicia decidió dar paso a la actuación. Tal vez por eso, la ineficiente y distraída Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) ahora se apura a remitir papeles al juzgado.

Mientras tanto, sabedores de la imposibilidad de escapar del tema – vaya a saber cuanto falta conocer – en el gobierno ya buscan un chivo expiatorio. Todas la fichas recaen sobre Abel Fatala, otrora militante del Frente Grande de Chacho Alvarez, hoy como la casi totalidad de esos militantes, kirchneristas puros, bueno… no tan puros.

Es que Abel Fatala es el encargado de librar los fondos para pagarles las construcciones a las Madres. Algo que hizo con tal eficiencia que no esperó a la presentación de certificados de obras, ni llevó a cabo las inspecciones obligatorias. Es más, fue tal su diligencia que nunca llamó a una licitación para otorgar las obras.

Pero, lo de Abel Fatala, no termina allí. Otrora asiduo acompañante, elocuente en loas, de buena parte de los desplazamientos de Bonafini, brilla ahora por su ausencia. No contesta teléfonos, ni correos, ni twitters, ni Facebook. Claro, le toca explicar porqué fue él quién manejó la cuestión.

Resulta que don Abel no es secretario de Vivienda, ni siquiera subsecretario. Es secretario de Obras Públicas. Vivienda está a cargo de otro funcionario. Entonces… entonces alguien deberá explicar quién lo habilito para cumplir una función que no está comprendida dentro de sus atribuciones.

Miremos para arriba. El jefe de Fatala es Julio De Vido, el ministro de Planificación. Y De Vido junta antecedentes en hacer lo que la ley no le permite hacer. Como para muestra basta un botón, vale recordar su desempeño como jefe y responsable de la embajada paralela en Venezuela. Esa que permitía recaudar, por izquierda, a Cristina y al caribeño Hugo Chávez.

Pero el capítulo Madres es demasiado grande – por los 300 millones de dólares y por su simbología – como para pensar en una actuación autónoma de De Vido. Llantos y besos de Cristina Kirchner con Hebe Bonafini son por demás elocuentes para definir quién fue autora de su gratificación.

Sí, es posible que caiga Fatala como en su momento cayó Jaime. Pero culpar a Fatala será solo un recurso desesperado para evitar asumir la culpa del régimen K. Todos, absolutamente todos, sabemos que las Madres de Bonafini  actuaron con la anuencia del nivel máximo del Estado. Una anuencia que deberá extremar una explicación para entender porqué ese organismo de derechos humanos se convirtió en contratista del Estado.

Y también hará falta una explicación de Bonafini. Algo casi imposible por parte de quién pretendió – en el colmo de la soberbia – desplazar a la Corte Suprema de Justicia. Quién califica a las gravísimas denuncias como pelot… Quién manda cartas para reclamar a Mario Vargas Llosa, que se pronuncia a favor de la inclusión de un canal de televisión paraestatal en la programación de los canales privados de cable – de por sí, insólito – pero que no le tiembla la mano – ni se le cae la cara de vergüenza – a la hora de impedir el acceso de periodistas no oficialistas a sus actividades políticas.
Claro, tiene mucho que ocultar. A ver, si todavía le preguntan…

Y siga el corso

El bonafinigate en marcha no debe ocultar otras rendiciones de cuentas que Cristina Kirchner debe hacer. Como, por ejemplo, la resolución tomada por su marido en diciembre de 2007, cinco días antes de la expiración de su mandato, de extender la concesión del Hipódromo de Palermo a su "amigo" Cristóbal López desde el 2007 hasta el 2032. Solo 25 años. Sin licitación, claro. Sin oposición, obvio. Con el dedo del gobernante.

La justicia no encontró, esta semana, ninguna anormalidad en la prolongación del favor. Los papeles están en regla. Los papeles puede ser. Las intenciones, para nada. Es la diferencia entre lo legal y lo legítimo. Porque Kirchner lo quiso, solo porque Kirchner lo quiso, su amigo-socio López gozará de la explotación de la concesión por un cuarto de siglo más.

Pero en el poder mafioso, no todas son rosas. Cuentan las malas lenguas que el hijo del matrimonio y presta nombre como presidente de La Cámpora se encuentra muy disgustado con el beneficiado López. Dicen esas malas lenguas que Máximo Kirchner reclama a López participación en las ganancias en virtud de … alguna sociedad de hecho con su padre. Y también dicen que López aunque no niega la existencia del vínculo de palabra, aduce que se limitó a la vida del extinto. Algo que no conforma a Máximo, mucho más preocupado por la administración que por la política. Veremos como sigue.

Y dado que hablamos de los dinerillos K, se supo que la justicia investiga sobre el alquiler del hotel-boutique Los Sauces que el matrimonio construyó en su "lugar en el mundo": El Calafate.

Si bien el apuradísimo juez Norberto Oyarbide –quién, dicho sea de paso, también resultó sorteado para entender en la investigación sobre la constructora de las Madres – sobreseyó en tiempo record a los cónyuges en la causa por enriquecimiento ilícito, ahora otro juez investiga porqué Cristina cobra por Los Sauces un alquiler exhorbitante que ronda los 9,5 millones de pesos anuales, muy superior a cuanto produce el establecimiento aún si mostrase – que no la muestra – ocupación plena a lo largo de todos los días del año.

Da la casualidad que quién paga la exhorbitancia es un señor cuyas empresas se dedican a… la obra pública. Un símil de Bonafini sin derechos humanos. Y casualmente, desde que los K están en el poder, las empresas de este señor, Juan Carlos Relats, obtuvieron concesiones de peajes, distintos tipos de obras públicas y concesiones de casinos. El hombre es generoso y algo devuelve…

Política

Nadie sabe si Cristina será candidato. Aunque las dudas ya dejan de tener que ver con su salud o con la demanda familiar de sus hijos. Lo antes expuesto es motivo sobrado de preocupación frente a una elección que no está ganada, ni mucho menos.

El operativo "ya ganamos" lanzado en febrero y orquestado por la presidente y sus tres acompañantes nombrados más arriba, se deshilachó. Fue creíble mientras las oposiciones se debatían en un "culebrón" venezolano sobre sus eventuales alianzas. Hoy, todo el mundo político sabe que las encuestas fueron amañadas y que la realidad implica solo un tercio de votos –algo menos- para Cristina. Otro tanto distribuido entre las oposiciones y un 40 por ciento de indecisos.

En la vereda de enfrente las cosas se clarifican. Varios son los que todavía pujan, pero Ricardo Alfonsín – ahora acompañado por el economista Javier González Fraga -, Eduardo Duhalde y, eventualmente, Hermes Binner aparecen como rivales.

Y la preocupación oficial ante dicha tanda de competidores es mayor. Porque Duhalde resta votos peronistas. Porque Binner – si se presenta – resta votos progresistas. Porque Alfonsín con González Fraga de acompañante acumula votos de centro.

Los K saben que o ganan en primera vuelta, o no ganan. Sus socios, Bonafini y Moyano, les complican la vía triunfal. O dicho de otra manera, parece que ahora comienzan a cosechar la tempestad de los vientos que sembraron durante ocho larguísimos años.
Luis Domenniani

 

Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA

 

miércoles, 1 de junio de 2011

Conozca los 13 tipos de empleados que a usted no le gustaría tener como compañeros de trabajo

Conozca los 13 tipos de empleados que a usted no le gustaría tener como compañeros de trabajo

Puertas adentro de las oficinas, la productividad disminuye cuando hay colaboradores con perfiles conflictivos. Expertos consultados por iProfesional.com explican cómo impactan en el clima laboral y por qué los jefes "tóxicos" son la peor amenaza para las empresas. ¿Cómo "defenderse" de ellos?

Por Cecilia Novoa MailiProfesional.com
 
 
 
Conozca los 13 tipos de empleados que a usted no le gustaría tener como compañeros de trabajo

El trabajo en equipo ocupa la primera posición en cuanto a las características más valoradas por los empleados en general, destaca un estudio realizado por la revista Fortune.

Pero, ¿quién alguna vez no deseó trabajar en soledad? De esta manera, se evitaría tratar con los "mandapartes", los "oportunistas" y los "sabelotodos", por citar algunos ejemplos de los clásicos "personajes" que se suele encontrar en casi todas las compañías.

En su libro Cómo rebelarse en la empresa, Jonathan Littman y Marc Hershon defienden la figura del "solista", es decir, de la persona que encaja sin problemas en un grupo, pero que necesita su espacio, su soledad y un poco de tranquilidad para sacar lo mejor de sí mismo y poder realizar sus tareas e, incluso encaminar, su carrera.

¿Cuál es uno de los mayores problemas de estos "solistas"? Según los autores, las interrupciones o frenos a la creatividad y desempeño por parte de compañeros, jefes o clientes.

Los 13 perfiles en la mira
Puertas adentro de las oficinas, la productividad tanto de quienes prefieren desempeñarse en solitario como de los que se sienten más cómodos trabajando dentro de un grupo tiende a disminuir cuando hay empleados con perfiles conflictivos.

A continuación, desde la consultora de Recursos Humanos HuCap postulan una lista de las 13 tipologías que frecuentemente suelen aparecer dentro de los equipos de trabajo, asociadas con la pérdida de productividad y el malestar o "sufrimiento" organizacional:

  • Los "mandaparte", que poco contribuyen en términos de resultados genuinos, pero mucho hacen desde el hablar y "el hacerse ver" con un individualismo notable.
  • Los "demoradores", que nada lo entregan a tiempo, ni cuando lo requiere el jefe y menos cuando lo necesita un compañero ya sea del área o de otro sector. Privilegian sus propios intereses y los anteponen a los del equipo o los de la compañía en general.
  • Los "serruchadores": ellos siempre están atentos a ocupar el lugar del otro y sacar mérito de lo que no es suyo. Atentos y muy vigilantes de las oportunidades y debilidades de los demás, no dudan en llegar con la última noticia del error del compañero, del área vecina. Son, en definitiva, amigos del "quien tiene la culpa" para sacar ventaja.
  • Los chismosos, que siempre están enterados de los datos más recientes de la vida privada del otro y si no... los inventan. Generan enrarecimiento en las relaciones, crean vínculos donde no los hay, sobre todo si es entre los mismos compañeros de trabajo.
  • Las "víctimas", que juegan siempre al juego de quien culpar, señalando al otro.
  • Los "lleva y trae": son los encargados de hacer circular en "secreto a voces" lo que nadie sabe con exactitud... y que, por supuesto, en línea con la profecía del autocumplimiento, cuando realmente sucede lo temido, se acreditan la primicia.
  • Los "oportunistas". Es un perfil clásico. Ellos viven atentos a lo que las autoridades necesitan sin miramientos de lo que hagan en perjuicio del equipo o del compañero.
  • Los "vuelta y vuelta", que siempre están del lado del que les conviene estar. No forman, ni generan opinión. Se pliegan a la que les conviene y encima, a la hora del error, "nunca son" ellos los culpables.
  • Los "discutidores por nada". Ellos se sienten, siempre, los dueños de la verdad absoluta.
  • Los "inmutables", a quienes nunca se les leen las emociones. Son peligrosos. Es preferible perro que ladra... por que no muerde...
  • Los "malhumorados eternos": nunca una sonrisa, no se acercan a nadie, no generan relaciones, son molestos con su malas formas y tratos, siempre están "ocupados" y generan mal clima desde el primer minuto que pisan la oficina.
  • Los "indivisibles". Se trata de aquellos que llevan constantemente sus problemas personales al trabajo no pudiendo poner un límite a este tema.
  • Los "sabelotodos", es decir, las personas que todo lo conocen, de todos los temas opinan y que, como tienen la necesidad de demostrar que todo lo saben, muchas veces, incluso, inventan.

La toxicidad amenaza
Si bien la presencia de este tipo de perfiles impacta de manera directa en el clima de trabajo, son los empleados y jefes "tóxicos" los que representan la mayor amenaza para las empresas, según advierten todos los expertos consultados por iProfesional.com.

Desde la aparición en 1995 del libro Toxic People (en la Argentina, Relaciones tóxicas) de la doctora Lilian Glass, se popularizó la denominación de sujetos "tóxicos" para identificar un número de patologías psicológicas que tienen un efecto negativo en las personas con quienes se relacionan.

"Existen algunos perfiles que nos provocan fenómenos negativos de diferente tipo, pueden aburrir, deprimir, enojar o atemorizar", destaca la licenciada Ana Delgado desde la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

Sin embargo, el mismo sujeto que atemoriza o provoca malestar en una persona puede causarle risa a otra.
"Estas relaciones funcionan de la misma manera que una llave y su cerradura", grafica.

Para hacer referencia a este tipo de perfiles, en HuCap prefieren hablar de "personas que enrarecen el clima laboral". Se trata de empleados que no favorecen la creación de sistemas generativos saludables sino que, conscientes o inconscientemente generan sistemas de trabajo disfuncionales.

"Como son los propios colaboradores los que hacen y contribuyen al clima organizacional, una sola persona tóxica puede perjudicar", advierte Miguel Terlizzi, director general de HuCap.

Impacto en la productividad
Para las empresas, es prioridad lograr un buen clima laboral, ya que éste impacta directamente en los incrementos de la productividad, por ende, en los resultados del negocio.

En definitiva, según explican desde la consultora, un buen clima laboral:

  • Impacta en la atracción y retención de los recursos humanos más valiosos.
  • Estimula la innovación y la creatividad.
  • Optimiza la comunicación interna.
  • Cohesiona los equipos de trabajo.
  • Potencia el impacto persuasivo de los mensajes de venta, sea cual fuese el producto o servicio que trabaje la organización.
  • Fortalece las relaciones con los clientes, impactando en su fidelización y ventas.


Por todos estos motivos, las empresas deben preocuparse y ocuparse de los colaboradores que "enrarecen" el clima laboral.

"Cuando pensamos en los empleados, compañeros o jefes que enrarecen el clima organizacional, no hablamos ni más ni menos que de aquellas personas que, desde su individualidad, no contribuyen al buen ánimo o a la buena energía de las compañías", gráfica Terlizzi.

Y traza un paralelismo: "El clima de las empresas no es, ni más ni menos, que el "termómetro en cuanto al ánimo".

Si bien la metáfora es de por si gráfica, Terlizzi agrega que el clima de una organización se centra en las percepciones que de diversos factores tienen de la compañía quienes la componen, es decir, su capital humano.

En las empresas, estos empleados van deteriorando las relaciones entre las personas, perjudicando los vínculos y, por ende, otros factores que están, desde relacionados con la comunicación hasta con los de productividad propiamente dicha, tanto económica, en términos de resultados del negocio, como anímica en términos de clima organizacional.

No obstante, quien no ayuda al clima laboral en una compañía, puede favorecerlo en otra.

Al respecto, el director de HuCap explica que todas las organizaciones tienen una cultura propia, y quienes por su personalidad o formas de actuar pueden ser catalogados como "perjudiciales" en una compañía pueden, por el contrario, ser muy valorados en otra o, incluso, dentro de un sector diferente de la firma.

Los jefes tóxicos, los más peligrosos
Tal como expresa la especialista de APA, existen casi tantas situaciones "tóxicas" como personas.

En esta línea, Guillermo Ceballos Serra, director de Recursos Humanos de Gas Natural, postula que dentro del ámbito laboral este tipo de personas se encuentran a todo nivel, tanto jefes o responsables de equipos como colaboradores.

De acuerdo a Ceballos Serra, ellos tienen en común un potencial de energía negativa que conspira contra el logro de objetivos y el buen clima laboral.

En su opinión, "los más peligrosos son los líderes tóxicos, dado su efecto ejemplificador y multiplicador."

A defenderse
¿Cómo hacer frente a este tipo de personas? Para Delgado, "el único instrumento que poseemos es
la auto percepción."

"Aunque parezca mentira -continúa la psicóloga- hay gente que la tiene muy poco desarrollada y pueden sufrir mucho tiempo sin darse cuenta". En estos casos, advierte, los daños son mayores.

Dentro de un ámbito laboral, cuando una persona detecta que un compañero le causa con frecuencia algún sentimiento negativo, debe defenderse.

Y si bien la defensa más eficaz suele ser la distancia, desafortunadamente, no siempre es posible dejar de ver al causante.

El ejemplo más común es el del jefe abusivo. Si la persona afectada pudiera cambiar por otro trabajo mejor se arreglaría el problema, pero muchas veces no se puede. ¿Qué hacer entonces?. "Depende de las características del agresor; en ocasiones, una serena puesta de límites puede ser provechosa pero tampoco es siempre factible", recomienda Delgado.

Y añade: "Imaginemos el peor -y, a veces, el más frecuente- de los casos: estamos sometidos a un superior con más poder que nosotros y al que no podemos parar de ninguna manera. En este caso, sólo queda la posibilidad de un trabajo interior para minimizar el daño."

Así, es fundamental repetirse todo el tiempo que no es una cuestión "personal", que ese jefe es un "enfermo" y que trata de someter a quien tenga debajo. También entender que es una característica penosa de este trabajo, como tantas otras, y que no debe afectar a uno mismo en lo más íntimo ya que sólo se debe dejar que actúe en la superficie.

"Se puede tomar una estrategia diferente, según sea el caso. Dependerá de las circunstancias, del rol que desempeña en el equipo de trabajo, el compañero tóxico, por ejemplo, como así también de la personalidad de quien sufre el daño", señala la psicóloga.

Y de inmediato aconseja: "La solución general es un seguro sentimiento de sí. Mientras más seguros estemos de nuestra posición y valor, menos permeables estaremos a los ataques, las ofensas, o manejos maliciosos de los otros".

Desde un punto de vista corporativo, el director de RRHH de Gas Natural señala que, más allá de la receta individual que cada persona adopta para relacionarse sin contaminarse, las compañías deben intentar neutralizarlas por un principio de salud organizacional.

En su opinión, la mejor herramienta para hacerlo es la evaluación de desempeño. "Las empresas debieran prestar atención tanto al logro de los objetivos cuantitativos como al modo de conseguirlos, en síntesis, al estilo de gestión", sostiene el ejecutivo.

"Las compañías son redes de vínculos que posibilitan el logro de metas y la protección de dicha red es un objetivo corporativo primordial en sí mismo", concluye.

Ciudad  Autónoma de Buenos Aires
ARGENTINA
 
Hay un lugar, para aquellos que no quieren ver, donde "No Ver" es perder de vista acontecimientos que nunca mas se volveran a repetir. "Yo no estaba, y si estaba, dormia...","...Ese viejo verso de aquellos que nunca se metieron en nada...."