martes, 20 de enero de 2009

ENCUENTRO CON ROSE EN LAS VACACIONES DE FOZ DE IGUAZU. ENERO 2009 (VIA SKYPE)

ENCUENTRO CON ROSE EN LAS VACACIONES DE FOZ DE IGUAZU. ENERO 2009 (VIA SKYPE)

 

Sergio: Como te hemos dicho, te queremos hacer algunas preguntas. Somos 200 personas de Argentina que estamos en las vacaciones de adultos de C y L en las cataratas del Iguazú, hemos preparado algunas preguntas, después algunos te harán algunas otras. ¿Va bien así? ¿Me has escuchado?

Rose: Sí, ahora te siento

Sergio: La primera pregunta entonces sería: "¿Qué es lo que te permite dejarte impactar por la realidad?"  ¿La entendiste?

Rose: Si, escuché la pregunta: "¿Qué cosa me deja impactar por la realidad?".

Antes que nada: ¿qué es la realidad? Al final es un interés para mí. Si la realidad me ayuda a mí, no es la realidad misma, sino más bien, ¿qué cosa es la realidad?, ¿qué es lo que la realidad me dice? y ¿por qué tengo necesidad de la realidad?

Porque la primera realidad es precisamente mi interés personal, el interés para mi propio yo. A mí me interesa la realidad porque me interesa ser impactada, porque me ayuda a mí y a mi destino.  

Porque al final si miro el sol, si miro las montañas, si miro las cataratas que habéis visto: es un yo que mira y que dice: "¡Qué lindo", soy yo quien está ahí. Me interesa realmente para decir: "¡Qué lindo, pero yo: ¿quién soy?, ¿de quién soy?". Si la realidad no me hace llegar hasta allí, entonces, ¿para qué la realidad?

Me interesa porque me hace crecer a mí. Es para descubrirme a mí misma, no para descubrir a la realidad en sí. Y justamente para ayudarme ir a mi felicidad, a mi destino. De hecho es para educarme a mí, para verificar las leyes de la existencia. Por eso me interesa, me dejo impactar, la voy a buscar, la voy a mirar. Al final la realidad está para que yo me conozca a  mí, a mi misma, para que conozca el camino por el cual tengo que caminar. ¿Ok?

Sergio: Ok, Ahora la segunda pregunta dice: "En las situaciones difíciles en las que te encontrás todos los días, como por ejemplo el niño cuyo padre le daba nafta  para que se duerma, ¿qué cosas te ayudan en el camino de la fe? Y en estas situaciones, ¿quiénes son tus testigos?"

Rose: (risas) Cuando me hicieron esa pregunta enseguida pensé: "¿Qué se yo que no hay vía de salida? Yo no lo sé. ¿Quién me dice que no hay vía de salida para este chico? Sí, puede ser que a mí me parezca que no hay salida, pero si este chico está, existe, es por un motivo.

Que haya un chico con una discapacidad y otro sano: ¿quién puede decir: "Bueno, este  tiene salida y el otro no?". La cosa importante es: ¿quién es este  niño? ¿quién es este chico? Es decir, el valor que tiene el chico discapacitado es el mismo valor que tiene el chico sano.

Por lo tanto, la situación en la cual nos encontramos no nos define. El valor de ese chico no está definido porque es discapacitado. Su yo no está definido porque es discapacitado. Su yo es una relación con Dios, inclusive si es discapacitado. Porque a veces parece que las situaciones en las que nos encontramos son las que definen nuestra vida. En cambio nuestra vida es un valor irreductible. No está definido porque uno come bien, el otro come mal, uno tiene la cabeza bien, el otro tiene la cabeza mal. El valor es un valor infinito y no hay nada que lo reduzca. Aunque le falte una mano, una pierna o lo que sea. Puedo vivir la plenitud, puedo vivir, porque yo estoy definido por este valor que Dios me dió, por el cual Dios me creó. En el video, el valor de la Vicki es el mismo valor de Reagan, este chico discapacitado: y es el mismo valor que hay en la realidad, y es por eso que yo quiero conocer la realidad. ¿Se entiende? ¿Respondí a la pregunta?
Todos: "Siiiii"

Sergio: Dicen que sí.

Rose: Al final, que Dios nos haya hecho a imagen de El, ¿qué valor es? Es un valor grande. Nuestro valor, nuestra dignidad, es que nosotros fuimos hechos a imagen de Dios. Tenemos un valor infinito que ninguna situación nos saca, lo podemos destruir nosotros mismos.

Sergio: Escucha, hay una segunda parte de esta pregunta que dice: "En esta situación, ¿quiénes son tus testigos?

Rose: Mis testigos son los que me comunican que la vida tiene un valor, que vale la pena vivirla un día, y el segundo día. Que yo fui amada con un amor eterno. Que alguien tuvo piedad de mi nada y me tomó. Y estos rostros están, son testigos de esto. Te puedo decir nombre y apellido. Son aquellos que aún cuando torno a casa, son los que me remiten a Cristo, los que me comunican que la vida vale la pena. Que me comunican que precisamente Dios es una ternura, no es un comandante o uno que castiga. Sino que es una ternura que es mucho más grande, mucho más grande incluso que la de un padre. Y es así que yo puedo ser yo misma, sin estar pensando si capaz me equivoco, no, no, puedo ser yo misma delante de él.

Y aquí también la realidad se vuelve una promesa de esta ternura. Porque si miro unas montañas, si miro las cataratas, si miro un río,  entonces me conmuevo porque es El que me está diciendo. Yo te quiero. El dice: "No temas. No tengas miedo a la nada que sos, porque yo los quiero". Y así todo se vuelve conmoción. Para mí los testigos son estas personas que están cumplidas afectivamente. A los cuales yo miro y entonces digo: También hay una posibilidad para mí". Y así yo me puedo apoyar a los hombros de esas personas. Porque la presencia de estas personas nos atrae.  Son las personas que uno encuentra y uno dice: "Es posible la satisfacción también acá en la tierra".

Y ahí uno entiende que la presencia es afectivamente atractiva, que cumple. Si quieren el nombre se los digo, pero no los conocen.

Todos: Risas.

Rose: Antes que nada podemos mirar a Carrón. Para nosotros en este período Carrón es uno que sin duda es un testigo, que nos testimonia que Cristo es todo, que es posible vivir la felicidad. Que Cristo está, está presente, que no es un fantasma, no es un sueño, basta mirar.

Porque al final, si me interesa la realidad: ¿qué es lo que miramos de la realidad?, ¿qué es lo que buscamos? ¿qué hay en la realidad?,¿ qué buscamos? ¿solamente las flores que aparecen y después se mueren? Sino ir más allá de las flores, del río y de las cascadas y pensar: "¿Pero quién hizo todo esto?"  Los testigos son los que me educan a ir más allá de lo que yo veo en la realidad. ¿Ok?

Sergio: Ok.

Rose. También las crisis, las fatigas son las que me educan para ir más allá de la realidad. Inclusive la discapacidad de un niño. ¿Qué es lo que tiene este chico que nosotros pensamos que no tiene vía de escape? Pero no es verdad que Reagan no tiene vía de escape. La vía de escape es el valor de este niño, no es la apariencia de lo que ves.

Es el mismo valor de las cataratas, mirar las cataratas y ver lo que hay detrás de las cataratas. Y es eso lo que salva todo. ¿Va todo bien? (la conexión Skype).

Sergio. Va todo bien. La última pregunta es: "¿Cómo crece tu certeza y qué trabajo hacés para ello?"

Rose: ¿Cómo crece mi certeza?

Sergio: Sí

Rose: Y después: ¿qué trabajo hago?

Sergio. Sí.

Rose. Ahora, queridísimos, el trabajo es simple.  El trabajo es dejarse abrazar. Porque a veces pensamos que es como si fuera tomar un carromato. Y en cambio es precisamente nuestra humanidad que tiene que vivir esta conciencia como afección.  No es un carromato que hay que manejar. Es precisamente una conmoción.

Entender que uno ha tenido piedad de mí, que me abraza en cada instante y me dice. "¡Vos sabés que yo te quiero!". Y es a partir de esto que yo reconozco, a pesar que soy nada, de que Él me quiere, porque El no me pide nada, me dice que me quiere. Es como una afección.

Es como una mamá que si abre los brazos, ¿vos qué hacés? Nada, te tirás para que te abrace.

Porque al final es una relación gratuita, es una relación, al final es uno que te dice: "Vos sos mía, vos sos mía". Entonces yo me tiro, estoy ante ese abrazo y me dejo abrazar. Porque El que nos abraza está, ya está. Hay tantas personas que nos quieren y manifiestan Su presencia, que El nos abraza. 

Porque yo empecé a trabajar verdaderamente cuando alguien, alguien concreto con un rostro, con un nombre, me abrazó y me dijo: "¡Vos sos mía!". 

Empecé a mirar la realidad verdaderamente cuando he descubierto, cuando empecé a responder a esa pregunta: "¿Quién sos?" O mejor: "¿De quién sos?".

Y cuando tuve la respuesta a esto, con nombre y apellido, de quién soy, me volví libre, o sea, me volví libre cuando totalmente comencé a pertenecer, es decir, siguiendo esta relación. Ahí me volví libre, y cuando uno es libre, uno no pretende de los demás, porque ya tiene todo.

Yo estoy verdaderamente cumplida afectivamente, estoy satisfecha. Porque tengo rostros a los cuales yo también puedo decir: "Vos sos mía".

Sin esta pertenencia no podemos obrar. Porque al final parece como que si ese rostro que no tenemos, lo tenemos que llenar nosotros, y así no nos satisface, son cosas que pasan, apariencias. Si uno se apega a los amigos, a las cosas, después uno no queda satisfecho, uno se vuelve esclavo. En cambio para mí Cristo se volvió un rostro. Que pasa a través de los rostros que yo tengo en mi casa. Que se llama Clara, que se llama Conrado, rostros en los que Cristo se vuelve carne, carne y hueso, porque murió y resucitó, está presente ahora, no lo sueño, están con Él.  Puedo pedirle todo, una banana, un caramelo. ¿Ok?

Sergio: Ok. Te hacemos otra pregunta: La pregunta de José Luis es: "Frente a los enfermos de Sida, ¿cuál es el camino para hacerles entender el sentido de la muerte y el camino para encontrar a Cristo?

Rose: El sentido de la muerte es el mismo sentido que tiene la vida. Sea que viva, que muera o que esté por morir, es el mismo significado. Porque al final la muerte es como una apariencia, de una posesión con una separación.

Parece que la muerte fuera una derrota, en cambio Jesús venció, venció la muerte, dando significado a la muerte. Es como un salto al significado de lo que vivís, es un salto a mi destino cara a cara.  De hecho cuando Vicki dice: "Mi valor es más grande que la enfermedad", está diciendo que su valor es más grande que la muerte, y esto o es mentira o es verdad.

Nuestro dolor es precisamente porque al otro físicamente no lo ves, se muere, físicamente no lo ves. Pero que Dios te pida esta posesión con una separación, es justamente vivir una relación con uno del cual no ves el rostro. Y acá es necesaria la virginidad, porque es una relación en la cual no poseés. Pero esa persona está, no podés decir que la perdiste, está en relación cara  a cara con Dios. No lo perdiste.   Y justamente porque él está en relación cara  a cara con el destino, es por eso que no lo perdés. Es el culmen de la vida.

Ni siquiera el SIDA, ni la guerra nos dan miedo, porque todo tiene un sentido, todo tiene un significado. Cuando miramos la realidad, es porque miramos las cataratas que has visto, que están, pero también en la realidad están la enfermedad y la muerte. ¿Es verdad?

Sergio: Leo una pregunta de Ximena, que dice: "Tengo una hija discapacitada, estoy cierta de lo que dijiste sobre los niños que son también como ella, gracias por ayudarme a hacer memoria de estas cosas. Espero que también ella siempre encuentre una Rose que la mire así".

Rose: Miren, una niña discapacitada es una niña como cualquier otra, no, no cambia nada, tiene el mismo valor que cualquier otro chico. Es el buen Dios que la hizo así, entonces El sabrá por qué la hizo así.  Si Dios hace un hombre negro, un hombre blanco, un hombre amarillo, un hombre rojo, ¿uno qué sabe por qué los hizo así? ¿Acaso podemos entrar en Su proyecto y ver por qué Él hace así?

Todo, todo nos lo da para que caminemos hacia El, hacia  nuestro destino. Todo nos lo da para nuestro destino, no por castigo o porque no nos quiere, sino para querernos bien, para decirnos: "Te amo, te amo con un valor eterno, ¡quiero que vos seas feliz!", para eso nos da todo. Y están todas las flores: están las flores rojas, las que son  amarillas, son todas flores que Dios nos dona. Así que tenemos que decir: "Gracias"· ¿Va todo bien?

Sergio: Va todo bien. ¿Me escuchas? Una pregunta que me dejaron dice: "Conozco personas con empeño social importante, con mucha sensibilidad humana. Te pregunta por tu experiencia en la Iglesia, ¿qué puedes aportarnos?"

Rose: La Iglesia no vino a pegarnos encima cosas. La Iglesia nos enseña a descubrir cómo somos hechos. Que Dios nos hizo para la felicidad, no para el mal, para ser hombres. Por eso nos hizo.  La Iglesia es precisamente, no es algo que hay que agregar a la vida,  el cristianismo no vino para agregarle algo al hombre, sino para que te descubras a vos mismo, que sos un hombre. Sos un hombre con un valor. Tenés un valor tan grande, sos precioso, todos los hombres, los discapacitados, todos. Lo importante es que vos sos grande y precioso para mí. De hecho, puedo dar la vida por vos, dí la vida por vos porque tenés un valor grandísimo.

La Iglesia está para decirnos que tenés un valor que es precioso, un valor infinito. Y el trabajo que nos hace hacer es este: de reconocer que somos grandes y que cada uno es responsable de su propia grandeza. Frente a tu grandeza, tenés que combatir en contra de las cosas que pretenden  reducirte. Y la Iglesia estás con vos en esta lucha.

Sos grande, rubio, negro, pelirrojo: ¡sos grande! Lo que la Iglesia nos transmite es eso: Que sos grande y no hay ninguna condición que pueda reducir esto. Y precisamente nos educa en nuestro valor y en nuestra dignidad. Y también, aunque se esté muriendo no podés reducirlo porque no podés reducirlo a la muerte. Es grande también el que se está muriendo. No podés definirlo por la muerte, por las guerras que tenemos acá en África, por las bombas que explotan, por las enfermedades… no estamos definidos por estas cosas. El cristianismo vino para decirnos esto.

Ese discapacitado tiene un valor infinito, precioso. Una realidad que te dice que la vida no va a terminar. Este pequeño hombre, también discapacitado, es precioso. Esto es el cristianismo, y por eso es que el cristianismo es tan bello, porque no te pone cosas encima que tenés que hacer, sino que te dice: "¡Vos sos grande!, "¡Sos precioso!". Vos mismo sos responsable", pero te ayuda, te apoya, te ayuda a caminar. ¿Va todo bien?

Sergio: Va todo bien, Rose. (Risas de ella y de todos) Escuchá, podés venir a Argentina antes de ir a Chile?

Rose: Antes no, porque yo no, porque parto de aquí el 31, y voy a Italia, y…  no puedo ir antes.

Sergio: ¿Y después?.

Rose: Después no, porque tengo que no he acordado para ir ahí.

Sergio: Hay tantas personas que te quieren agradecer, saludar, etc. que no sé cómo hacer…

Rose: Está bien, está bien, gracias, después podemos ver de cuándo puedo ir a encontrarlos.

(aplausos). ¿Ese que me está saludando (por la video cámara) quién es?

Sergio: Es Luca (risas de todos).

Todos: Te queremos!

Rose: Quiero verlos  a todos!

Sergio: Ok, te hago ver nuestros rostros! (levanta la computadora y con la cámara web se los muestra).

Rose: Ver las caras de Uds. es ver que Alguien los quiere, que alguien los quiso con un amor eterno. Son grandes todos, defiendan la humanidad de Uds. ¿Entendieron?

Todos: Si!!! (aplausos ininterrumpidos)

Rose: Bello, ¡los quiero! Un abrazo, ¡chau!

Alguien: Podemos cantarle una canción argentina.

Rose: Muchas gracias, ¡chau!

Sergio: ¡Chau!
Jorge
Ciudad  Autonoma de Buenos Aires
A R G E N T I N A

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