Solá, a las trompadas con un funcionario
"Vení que lo arreglamos afuera", le dijo anoche Felipe Solá al joven de traje gris y aspecto atildado que lo miraba con cara de asombro.
Ambos salieron del recinto y, en un pasillo, apenas a metros de donde se debatía el proyecto de retenciones que impulsa el oficialismo, el diputado peronista intercambió trompadas con un funcionario kirchnerista, de nombre Gervasio, que trabaja en la Oficina de Enlace de la Jefatura de Gabinete con el Congreso.
El joven, que finalmente terminó echado del palco, pagó los platos rotos de una confusa situación originada cuando la mujer de Solá, María Elena Chaves, fue obligada a dejar el palco en el que estaba sentada.
Todo comenzó cuando Chaves, a quien la amenazaban con echarla del palco, llamó desde su teléfono celular a Solá, que estaba participando del debate en el Congreso.
Solá, que vive una situación tensa con el Gobierno por su postura crítica del proyecto oficial sobre retenciones, salió corriendo para buscar al agresor y defender a su esposa. Fue allí, detrás del recinto, donde se produjeron los empujones y las trompadas, que escandalizaron a los presentes.
El funcionario, que le habría gritado "traidor" a Solá, terminó fuera del edificio, y el ex gobernador pudo volver a su banca.
EnojoAntes de sentarse, Solá le expresó su enojo a la vicepresidenta del bloque, Patricia Vaca Narvaja, y a su secretaria, Patricia Fadel.
"A Felipe lo ubicaron en la lista de oradores para que hable a las cuatro de la mañana", se quejaba uno de sus colaboradores, a modo de explicación para negar cualquier posible acercamiento al Gobierno.
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