Cacerolazos y bocinazos en todo el país contra el silencio de Cristina
FUENTE: http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=5811
En Capital, los porteños se concentraron en todos los barrios de la Ciudad y frente a la residencia presidencial de Olivos, donde se produjeron disturbios. Hubo manifestaciones en La Plata y varias localidades bonaerenses. En Gualeguaychú, un tractorazo y una ovación a De Angeli. En Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán y La Rioja hubo concentraciones espontáneas. La convocatoria fue anónima, difundida por mensaje de texto bajo la consigna "Basta Cristina" y "Por el diálogo con el campo". La Juventud Peronista fue a la Plaza de Mayo "para defender al Gobierno ", también llegó Luis D'Elía. Es fuerte el corte en las rutas. Dirigentes peronistas cuestionan y reclaman a Néstor Kirchner. A la medianoche, la CGT convocó a un cese de actividades para el miércoles para marchar por Cristina y confirmó así el acto pro Gobierno.
16.06.2008
Cientos de personas se concentraron en las principales esquinas de la Ciudad de Buenos Aires. (Télam)
A casi 100 días del conflicto entre el Gobierno y el campo, miles de vecinos expresaron su descontento con la posición oficial mediante cacerolazos, bocinazos y tractorazos en todo el país. Las manifestaciones comenzaron a las 20 y recién empezaron a desconcentrarse pasada la medianoche.
En la Ciudad de Buenos Aires, las protestas con cacerolas se registraron en la totalidad de los barrios y en la zona del Obelisco. También, grupos de manifestantes rodearon la quinta presidencial de Olivos, donde llegaron a pie y en automóvil. Allí se provocaron algunos disturbios cuando los vecinos agredieron a una persona que acusaron de "infiltrada" y tuvo que ser sacada del lugar en patrullero, que también terminó destrozado.
Además de sonar en los balcones, algunos vecinos hicieron sentir el sonido de su reclamo con bocinazos o con protestas en esquinas paradigmáticas, como Santa Fe y Callao, o Santa Fe y Pueyrredón.
La Juventud Peronista defiende a Cristina en la Plaza de Mayo. Militantes del Movimiento de Unidad Popular (MUP) y La Cámpora se concentraron a altas horas de la noche en la Plaza para "defender el proyecto nacional y popular del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner", según dijo el secretario general del MUP, Federico Martelli.
El dirigente afirmó que "vamos a defender la plaza en representación de las mayorías que votamos y acompañamos este proyecto de país, en el que hoy se discute básicamente la distribución de la riqueza en beneficio del pueblo argentino en su conjunto".
Martelli estaba acompañado por un centenar de militantes de distintos puntos del Conurbano bonaerense y rechazó además las declaraciones del titular de la Federación de Tierra y Vivienda, sobre la forma de defensa de la Presidenta. "A nosotros no nos representa el dirigente Luis D'Elía ni estamos de acuerdo con sus declaraciones", resaltó.
El MUP reveló en un comunicado que movilizó a "militantes desde La Plata, San Martín, La Matanza y Quilmes, para arribar la Plaza de Mayo".
Luis D'Elía también custodió la Plaza. El líder de la Federación de Tierra y Vivienda llegó cerca de la medianoche a la plaza, al frente de la Casa Rosada, para defender al Gobierno ante "los golpistas" del campo.
La protesta en todo el país. También se sintió el repiquetear de las ollas en la localidad misionera de Posadas, en la santafesina Rosario, en Córdoba capital, la entrerriana Gualeguaychú, en La Plata, Tucumán, entre otras.
En Gualeguaychú también tractores recorrieron el centro y en la ciudad de La Violeta, Buenos Aires, los camioneros hicieron sonar las bocinas.
La convocatoria. A lo largo de la jornada, la invitación a los "cacerolazos" se replicó a través de mensajes de texto transmitidos por teléfonos celulares o cadenas de correos electrónicos. Aclaraba que provenía desde Rosario, aunque sin la firma de ninguna organización.
"A las 20 horas en todo el país, bocinazos y cacerolazos y apagón por 15 minutos para pedir un basta Cristina (Pasar el msj.)", se pudieron leer en los celulares.
Aunque la convocatoria ya había circulado durante la semana pasada, esta vez, los últimos sucesos del sábado pasado (cuando efectivos de la Gendarmería arrestaron al líder entrerriano Alfredo De Angeli) y las provocadoras declaraciones del piquetero K Luis D´Elía advirtiendo sobre un golpe de estado, habrían irritado los ánimos de la población.
Los autoconvocados pidieron, en todos los puntos del país, que el gobierno que lidera Cristina de Kirchner retome el diálogo con el campo y salga de la postura intransigente, según rezan los carteles que se alzan en cada concentración.
El inicio en Santa Fe y Callao. A las ocho de la noche en punto cientos de vecinos de Barrio Norte se reunieron en la tradicional esquina con cacerolas y banderas argentinas, a los pocos minutos todos cantaban el Himno Nacional y agitaban carteles que rezaban: “Que Dios y la patria se lo demande”; “Estamos con el campo”; “En contra de la falta de diálogo de parte del Gobierno”.
Las cacerolas acompañaron los clásicos hits “Para Cristina que lo mira por TV” o “Si esto no es el pueblo, el pueblo dónde está”. Matías Gandara, uno de los autodenominados “vecinos autoconvocados de Barrio Norte” le dijo a Críticadigital que llegó tras recibir un mensaje de texto “que venía desde Rosario” y que pertenece a un grupo de veinte chicos que van “a todos los cacerolazos”. Marcelo Guevara, otro cacerolero, gritaba que “el voto no es un cheque en blanco” y reclamaba que había llegado el momento “de ponerse a gobernar”.
Entre las dos avenidas el promedio de edad rondaba los treinta años. Los ruidos de las ollas animaban a otros que bajaban desde los edificios: “Estoy acá en contra de un proceso que empezó en 2003”.
Muchos vecinos de Recoleta también se sumaron a la manifestación, que una hora más tarde empezó a desplazarse en un circuito que bajó por Callao hasta la Avenida del Libertador, siguió hasta la Avenida Alvear y luego hasta Cerrito. El pedido casi unánime era que el gobierno dialogue y así se sumaron por miles los que llegaron hasta el obelisco.
En la Ciudad de Buenos Aires, las protestas con cacerolas se registraron en la totalidad de los barrios y en la zona del Obelisco. También, grupos de manifestantes rodearon la quinta presidencial de Olivos, donde llegaron a pie y en automóvil. Allí se provocaron algunos disturbios cuando los vecinos agredieron a una persona que acusaron de "infiltrada" y tuvo que ser sacada del lugar en patrullero, que también terminó destrozado.
Además de sonar en los balcones, algunos vecinos hicieron sentir el sonido de su reclamo con bocinazos o con protestas en esquinas paradigmáticas, como Santa Fe y Callao, o Santa Fe y Pueyrredón.
La Juventud Peronista defiende a Cristina en la Plaza de Mayo. Militantes del Movimiento de Unidad Popular (MUP) y La Cámpora se concentraron a altas horas de la noche en la Plaza para "defender el proyecto nacional y popular del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner", según dijo el secretario general del MUP, Federico Martelli.
El dirigente afirmó que "vamos a defender la plaza en representación de las mayorías que votamos y acompañamos este proyecto de país, en el que hoy se discute básicamente la distribución de la riqueza en beneficio del pueblo argentino en su conjunto".
Martelli estaba acompañado por un centenar de militantes de distintos puntos del Conurbano bonaerense y rechazó además las declaraciones del titular de la Federación de Tierra y Vivienda, sobre la forma de defensa de la Presidenta. "A nosotros no nos representa el dirigente Luis D'Elía ni estamos de acuerdo con sus declaraciones", resaltó.
El MUP reveló en un comunicado que movilizó a "militantes desde La Plata, San Martín, La Matanza y Quilmes, para arribar la Plaza de Mayo".
Luis D'Elía también custodió la Plaza. El líder de la Federación de Tierra y Vivienda llegó cerca de la medianoche a la plaza, al frente de la Casa Rosada, para defender al Gobierno ante "los golpistas" del campo.
La protesta en todo el país. También se sintió el repiquetear de las ollas en la localidad misionera de Posadas, en la santafesina Rosario, en Córdoba capital, la entrerriana Gualeguaychú, en La Plata, Tucumán, entre otras.
En Gualeguaychú también tractores recorrieron el centro y en la ciudad de La Violeta, Buenos Aires, los camioneros hicieron sonar las bocinas.
La convocatoria. A lo largo de la jornada, la invitación a los "cacerolazos" se replicó a través de mensajes de texto transmitidos por teléfonos celulares o cadenas de correos electrónicos. Aclaraba que provenía desde Rosario, aunque sin la firma de ninguna organización.
"A las 20 horas en todo el país, bocinazos y cacerolazos y apagón por 15 minutos para pedir un basta Cristina (Pasar el msj.)", se pudieron leer en los celulares.
Aunque la convocatoria ya había circulado durante la semana pasada, esta vez, los últimos sucesos del sábado pasado (cuando efectivos de la Gendarmería arrestaron al líder entrerriano Alfredo De Angeli) y las provocadoras declaraciones del piquetero K Luis D´Elía advirtiendo sobre un golpe de estado, habrían irritado los ánimos de la población.
Los autoconvocados pidieron, en todos los puntos del país, que el gobierno que lidera Cristina de Kirchner retome el diálogo con el campo y salga de la postura intransigente, según rezan los carteles que se alzan en cada concentración.
El inicio en Santa Fe y Callao. A las ocho de la noche en punto cientos de vecinos de Barrio Norte se reunieron en la tradicional esquina con cacerolas y banderas argentinas, a los pocos minutos todos cantaban el Himno Nacional y agitaban carteles que rezaban: “Que Dios y la patria se lo demande”; “Estamos con el campo”; “En contra de la falta de diálogo de parte del Gobierno”.
Las cacerolas acompañaron los clásicos hits “Para Cristina que lo mira por TV” o “Si esto no es el pueblo, el pueblo dónde está”. Matías Gandara, uno de los autodenominados “vecinos autoconvocados de Barrio Norte” le dijo a Críticadigital que llegó tras recibir un mensaje de texto “que venía desde Rosario” y que pertenece a un grupo de veinte chicos que van “a todos los cacerolazos”. Marcelo Guevara, otro cacerolero, gritaba que “el voto no es un cheque en blanco” y reclamaba que había llegado el momento “de ponerse a gobernar”.
Entre las dos avenidas el promedio de edad rondaba los treinta años. Los ruidos de las ollas animaban a otros que bajaban desde los edificios: “Estoy acá en contra de un proceso que empezó en 2003”.
Muchos vecinos de Recoleta también se sumaron a la manifestación, que una hora más tarde empezó a desplazarse en un circuito que bajó por Callao hasta la Avenida del Libertador, siguió hasta la Avenida Alvear y luego hasta Cerrito. El pedido casi unánime era que el gobierno dialogue y así se sumaron por miles los que llegaron hasta el obelisco.
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