Malestar de Cristina por una idea de Cobos

Invitó a debatir a los gobernadores

La disputa que mantiene el Gobierno con el campo abrió ayer una fisura en el seno del Poder Ejecutivo. Tras asimilar el golpe de la sorpresiva decisión de Julio César Cobos, que invitó a los gobernadores de las provincias afectadas a discutir en el Senado la política de retenciones móviles, el matrimonio Kirchner puso en conocimiento de los mandatarios que le responden su malestar con la movida del vicepresidente, con el objetivo de vaciar de asistentes el encuentro.

Así, al cierre de esta edición la mayoría de los gobernadores fieles al kirchnerismo comenzaba a cambiar de opinión y a comunicar, por vías informales, su decisión de no asistir al encuentro. En este escenario, la cita programada por Cobos para el lunes, al mediodía, en la presidencia del Senado quedará reducida a un encuentro de gobernadores enfrentados con la política agropecuaria oficial.

"Yo no voy", le confirmó a LA NACION el chaqueño Jorge Capitanich. El primero en rechazar el convite había sido el bonaerense Daniel Scioli. "Hay que dejar que los legisladores se reúnan, discutan, debatan y decidan el proyecto del Poder Ejecutivo con total libertad", explicó en declaraciones a este diario.

Fuentes oficialistas aseguraban anoche que la misma actitud tomarían los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey; de La Pampa, Oscar Jorge; de Tucumán, José Alperovich, y de Entre Ríos, Sergio Urribarri, que en un principio habían aceptado la propuesta de Cobos.

La orden de la Casa Rosada comenzó a cristalizarse poco después de que el vicepresidente confirmara públicamente la presencia de esos mandatarios. Con excepción de Scioli, el vicepresidente había incluido a todos los gobernadores kirchneristas de provincias productoras de soja.

También había confirmado la presencia de los peronistas disidentes Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Juan Schiaretti (Córdoba), los radicales K Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Arturo Colombi (Corrientes) y al socialista Hermes Binner (Santa Fe).

El cortocircuito entre Cobos y el matrimonio Kirchner comenzó en la mañana de ayer, cuando el vicepresidente anunció a varios medios de comunicación que convocaría a los gobernadores al Senado para discutir "una propuesta superadora" al proyecto de ley del Poder Ejecutivo, a pesar de que la presidenta Cristina Kirchner remitió el martes último la iniciativa que ratifica el controvertido esquema de retenciones móviles a la Cámara de Diputados.

Malestar

La noticia cayó muy mal en la Casa Rosada, que aún no termina de digerir que haya sido Cobos el primero en lanzar -en una carta abierta que entregó a los medios el último domingo- la propuesta de trasladar el debate sobre las retenciones móviles al Congreso.

Según fuentes del Gobierno, Cristina Kirchner considera innecesaria la reunión porque expondrá nuevamente a los mandatarios provinciales ante la opinión pública, cuando cada uno de ellos ya sufrió en carne propia el conflicto con el campo.

En realidad, la causa principal del malestar radica en el hecho de que Cobos haya vuelto a mostrar cierta independencia de la estrategia del matrimonio Kirchner. "Lo hizo sin consultar, y los gobernadores no van a ir", confió una fuente oficial a LA NACION.

"Cobos se va a llevar una sorpresa", advertían anoche en la Casa Rosada por el eventual fracaso de la convocatoria del vicepresidente.

Todavía ajeno al boicot del kirchnerismo, Cobos había reivindicado la autoría de la jugada y confirmado que la había adoptado sin consulta a la jefa del Estado. "Es una iniciativa mía", afirmó en declaraciones a los periodistas acreditados en el Senado.

"La idea es buscar una propuesta superadora y qué mejor que escuchar la opinión de quienes tienen mandato popular", abundó Cobos.

Por Gustavo Ybarra
De la Redacción de LA NACION